La Laguna Del Inca
Érase un simple Inca y una Princesa Inca, que vivían hacia la zona central de Chile, cercanamente a la Cordillera de los Andes, Portillo.
Su punto de encuentro mutuo era una laguna, una laguna con hermosos alrededores, pero simple y casi sin vida propia.
No pasó tanto tiempo como para que esos encuentros simples, pero añorados se volvieran 'formales'. El amor recíproco que sentían hizo que consumaran su sentir.
Se unieron, como uno solo, en lo que conocemos actualmente con el nombre de 'matrimonio' (aunque ellos no tenían los mismos conceptos ni puntos de vista que nosotros, realmente, antes, todo era mucho mas fácil).
En el ritual del 'matrimonio' la princesa Inca muere. El joven inca, desolado, viviendo en el profundo dolor de perderla y enterrado en la desesperación de pensar que cada noche que pasara, nunca mas, la volvería a ver, que nunca mas volvería a sentirla tan cerca como esos días de encuentros ocultos en la laguna, a su amada, tan hermosa, de bellos y únicos ojos fantasticamente teñidos de color esmeralda... Reflexionó, pensando: 'Es hora de que descance en paz cuan hermosura de mujer'.
Pero él no se resignaba a dejarla bajo tierra, pues la consideraba tan bellamente nacida que no creía que la tierra mereciera tener a tal tesoro de mujer en su poder. Por lo tanto, decide entonces, llevarla a la laguna en la cual, ambos se encontraban, esa laguna que le hacía recordar a su joven e incomparable amada, pues aunque la laguna no tuviera vida en sí, era el lugar en donde compartía y cumplía, en secreto, sus mayores sueños y deseos con su amada.
Entonces, con el dolor de su alma, la toma en brazos y la deja a orillas de la laguna sin vida. Deja que las laderas de ésta la lleven hasta el punto mas profundo de sí...
Fue entonces cuando la laguna tomó vida, la vida de la hermosa pincesa y sus aguas practicamente muertas se tiñeron magicamente de color esmeralda. El color de los ojos de ella.
Y fue allí cuando el Inca dijo: 'Que hermosura de laguna'.
Pues notó que toda la hermosura de su amada se habia transformado en la vida de la laguna.
Su punto de encuentro mutuo era una laguna, una laguna con hermosos alrededores, pero simple y casi sin vida propia.
No pasó tanto tiempo como para que esos encuentros simples, pero añorados se volvieran 'formales'. El amor recíproco que sentían hizo que consumaran su sentir.
Se unieron, como uno solo, en lo que conocemos actualmente con el nombre de 'matrimonio' (aunque ellos no tenían los mismos conceptos ni puntos de vista que nosotros, realmente, antes, todo era mucho mas fácil).
En el ritual del 'matrimonio' la princesa Inca muere. El joven inca, desolado, viviendo en el profundo dolor de perderla y enterrado en la desesperación de pensar que cada noche que pasara, nunca mas, la volvería a ver, que nunca mas volvería a sentirla tan cerca como esos días de encuentros ocultos en la laguna, a su amada, tan hermosa, de bellos y únicos ojos fantasticamente teñidos de color esmeralda... Reflexionó, pensando: 'Es hora de que descance en paz cuan hermosura de mujer'.
Pero él no se resignaba a dejarla bajo tierra, pues la consideraba tan bellamente nacida que no creía que la tierra mereciera tener a tal tesoro de mujer en su poder. Por lo tanto, decide entonces, llevarla a la laguna en la cual, ambos se encontraban, esa laguna que le hacía recordar a su joven e incomparable amada, pues aunque la laguna no tuviera vida en sí, era el lugar en donde compartía y cumplía, en secreto, sus mayores sueños y deseos con su amada.
Entonces, con el dolor de su alma, la toma en brazos y la deja a orillas de la laguna sin vida. Deja que las laderas de ésta la lleven hasta el punto mas profundo de sí...
Fue entonces cuando la laguna tomó vida, la vida de la hermosa pincesa y sus aguas practicamente muertas se tiñeron magicamente de color esmeralda. El color de los ojos de ella.
Y fue allí cuando el Inca dijo: 'Que hermosura de laguna'.
Pues notó que toda la hermosura de su amada se habia transformado en la vida de la laguna.

